Un día inolvidable
Autora:
Naiara Vázquez Campo
Aquella mañana soleada, me despertó mi madre
desde el salón. Habían llegado mis primos de vacaciones. Vinieron en coche casi
sin parar a descansar.
Bajé al salón, aún
con los ojos cerrados y allí estaba toda mi familia. Mi tío me saludó con una
palmada en la espalda, uno de mis primos se escondió detrás del sofá con
vergüenza. Subí a la habitación en busca de ropa para ducharme y me metí en el
baño, cuando me disponía a abrir la cortina de la ducha, mi primo saltó, me
asustó e hizo caerme y tirar la jabonera al suelo por lo que se hizo añicos
pero no le dí importancia, desde el salón se oyó un gran estruendo y nadie vino
a socorrerme.
¿Aún no me he
presentado? Me llamo Manuel y tengo 15 años, soy algo bajito pero muy listo ¨ mi
madre me suele decir que no me preocupe, que todavía tengo tiempo de crecer. También
tengo un hermano pero es un poco idiota, siempre que estoy durmiendo viene a mi
habitación para asustarme soy muy miedoso. Pero ahora no esta porque está
estudiando en la universidad quiere ser constructor no sé es una cosa de
trabajar con casas.
Nosotros somos de
un pueblo de Zaragoza y vivimos en el monte un poco apartado de la ciudad
porque a mi madre no le gustan los pisos de allí. Aquí tenemos una casa pequeña
por lo menos para mi tiene dos pisos y en ellas hay tres habitaciones, un baño,
la cocina, el salón, un jardín, y una buhardilla en la que suelo jugar los
verano. No solemos ir de vacaciones porque mi padre esta trabajando todo el año
de jardinero y mi madre es abogada y tiene poco tiempo para disfrutar pero
tampoco me quejo, me gusta estar aquí en el monte.
Terminé de ducharme
y bajé al salón donde me estaban esperando mis padres, mis tíos, y mis primos.
Nos fuimos a desayunar al bar de un amigo de mi madre y habían muchas cosas
para elegir: cruasanes, magdalenas, bizcocho y hasta tarta.
Después de
desayunar fuimos a dar un paseo por el lago de la zona cerca de casa y mientras
nuestros padres se sentaban para hablar nosotros fuimos a jugar al lago con las
piedras. Estuvimos jugando durante cuatro horas y al de quince minutos nos
llamaron para ir a comer porque habían hecho bocadillos. Yo me elegí un
bocadillo de chocolate y mis primos de queso, estuvimos charlando durante horas
sobre los deberes y los amigos
No me gusta mentir
pero no tengo amigos con los que jugar, a mi casa suele venir un profesor a
darme clases, porque no voy al colegio
esta muy lejos de donde yo vivo y el autobús no llega hasta allí.
A las 6:45 empezó a
llover, así que se nos había fastidiado el día pero lo pasamos muy bien;
cogimos nuestras cosas y fuimos a casa. Llegamos empapados y mi madre nos metió
en un cuarto que tenemos para cambiarnos de ropa así no mojábamos la casa; nos
vestimos y fuimos a mi habitación a ver la tele mientras preparaban la cena.
Finalmente nos
llamaron para cenar y ellos siguieron hablando de trabajo y nosotros estuvimos
toda la cena dándonos patadas por debajo de la mesa y riéndonos, nuestros
padres seguían a lo suyo.
Cuando terminamos
de comer ayudamos a fregar y seguido nos
pusimos a ver la tele hasta que sonó el teléfono de mi tío que le llamaban
desde el trabajo para decirle que uno de sus compañeros dejaba el trabajo y que
si iba al día siguiente le daban el puesto, a si que se tenían que marchar. Me dio
mucha que se fueran así, pero nos despedimos como de costumbre. Fue el día más
feliz de mi vida aunque se me hizo un poco corto.
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