Según el autor de Rayuela, publicado por Cultura Colectiva, basta preguntarse por qué un
determinado cuento es malo. No es malo por el tema, porque en literatura no hay
temas buenos ni temas malos, hay solamente un buen o un mal tratamiento del
tema. Tampoco es malo porque los personajes carecen de interés, ya que hasta
una piedra es interesante cuando de ella se ocupan un Henry James o un Franz
Kafka.
Uno de los mejores cuentistas latinoamericanos y, además, uno de
los máximos exponentes del Boom Latinoamericano, dijo sobre el cuento casi todo
lo que los narradores contemporáneos definen como tal, fue él uno de los grandes
cimientos del relato corto contemporáneo y comparaba al cuento con una esfera;
es algo, decía, que tiene un ciclo perfecto e implacable; algo que empieza y
termina satisfactoriamente como la esfera en que ninguna molécula puede estar
fuera de sus límites precisos. Es Julio Cortázar.
El autor nacido en Buenos Aires en 1899, creó con
sus ficciones un universo propio, un compendio asombroso de conjeturas,
espejos, laberintos, paradojas… Obra imprescindible de la literatura
contemporánea, sus cuentos pertenecen a la categoría de las páginas
antológicas. Utiliza un singular estilo literario basado en la interpretación
de conceptos como los de tiempo, espacio, destino o realidad. La simbología que
utiliza remite a los autores que más le influencian -William Shakespeare,
Thomas De Quincey, Rudyard Kipling o Joseph Conrad-. A lo largo de toda su
producción creó un mundo fantástico, metafísico y totalmente subjetivo. Su
obra, exigente con el lector y de no fácil comprensión, ha despertado la
admiración de numerosos escritores y críticos literarios de todo el mundo.
Describiendo su producción literaria, el propio autor escribió: “No soy ni un
pensador ni un moralista, sino sencillamente un hombre de letras que refleja en
sus escritos su propia confusión y el respetado sistema de confusiones que
llamamos filosofía, en forma de literatura”. Es Jorge Luis Borges.
Comentarios
Publicar un comentario